El cielo rojo

Ruta: Cine: Relación con cineastas costarricenses del siglo 21

Introducción

Hablemos del nivel coloquial de "El cielo rojo”.. El idioma que se usa en monólogos y diálogos, no es ni bueno ni malo en sí. Depende de quiénes lo usan y con qué fines.

Además, el público se entera de cómo es un personaje, (1) por sus hechos, (2) por lo que dice, (3) por lo que otros dicen de él y también (4) por la adjetivación determinada por (4a) el color o (4b) el blanco y negro, (4 c) la profundidad de campo, y (5) la codificación (5a) de los planos y (5b) los términos utilizados por (5b1) la luz, (5b2) el sonido, (5b3) la sinestesia y (5b4) otros medios (5b4.1) técnicos y (5b4.2) retóricos. Finalmente, (6) por la atmósfera y (7) el contexto. Lograr que cada personaje tenga su propia huella verbal, parecida a la huella digital que nos identifica, algo que podríamos llamar “huella verbal” es importante sobre todo si consideramos el carácter de arte temporal del cine.

El idioma, por e so, materia e instrumento del guión, debe someterse a reflexión constante.

SR / J 25 IX 2008

Carta a un exalumno acerca del idioma en "El cielo rojo"

a: J. MAIRENA:

Aprovechando internet, estoy resumiendo (como te dije), en el sitio www.sergioroman.co.cr mi experiencia en cinco áreas, entre ellas, la dedicada a Educación donde empezaré a condensar los ejemplos y ejercicios que hicimos ustedes y yo, en la ECCC/UCR. Creo que será material útil para profesores y estudiantes. Las otras áreas son Periodismo, Poesía, Cine y Teatro. Gracias por hacer correr la voz. Bienvenidas las sugerencias.

Apenas retorne el joven Miguel Gómez, ojalá podamos vernos para felicitarlo y charlar con él. En mi sitio tengo una sección dedicada al CINE y dentro de ella una subsección dedicada a los jóvenes realizadores donde quiero comentar sus trabajos siempre con una mirada positiva.

Leí tu columna acerca de Cielo rojo. Felicitaciones. Coincido en casi todo.

Respecto del lenguaje corresponde al nivel coloquial, el cual es válido si está justificado, y creo que lo está. Me parece que tú abundas en razones persuasivas.

(¿Recuerdas que yo comparaba el idioma con un edificio de tres pisos fundamentales: 1.- el universal (el niño llegó rápidamente), 2.- el profesional (el niño hiperactivo ... llegó.) 3.- el coloquial (llegó soplado), y cada nivel, además, se ramifica en altillos, entrepisos, escaleritas, mezzanines, recovecos, etc. Recuerdas: " - Mae, ¡qué mae más mae ese mae, mae!, - Tuanis, mae." (En esto de "los mae", juegan mucho los matices).

Por supuesto, un guionista debe tratar de dominar y diferenciar
los tres niveles, debe ponerle atención, en cualquier idioma que use, a este instrumento con el que se resuelven los diálogos y los monólogos.

El lenguaje que se use contribuye a fijar el personaje, en la memoria del espectador o espectadora, al igual que la ropa a la que se refería
Truffaut. Todo esto es muy importante por la naturaleza de nuestro arte: el cine es un arte temporal, esto es, corre desde los primeros segundos hasta los últimos. NO hay regreso. De allí el cuidado que debemos tener con el público para qué las personas nos sigan en el juego que proponemos, y nos van a seguir muy bien si les ayudamos a que los personajes se identifiquen, en la memoria de cada quien, por las palabras, por la construcción de las frases, por los acentos o formas de pronunciar, por el vestuario, por las referencias a ciertas anécdotas, etc.

Todos los personajes pueden y deben usar el mismo nivel o cambiar de registro, depende de con quién estén hablando (el coloquial, por ejemplo en Cielo rojo, lo utilizan entre ellos, los jóvenes, incluso ciertas frases ofensivas en otros planos, entre ellos, ese tono y ese vocabulario, por lo contrario, subrayan los lazos de amistad que los unen en un mundo que se desata y se derrumba por todos lados). Cielo rojo, para mí, es un buen ejemplo de lo que acabo de expresar.

Recuerdo una película japonesa que proyectaron en la Garbo, de un director nipón, el Sr. Yamada (así se escribe en castellano). Uno de sus personajes se vuelve inolvidable porque todos sus parlamentos están teñidos con referencias a la carrera de caballos de la que era adicto. De alguna manera el libretista se las arregló para introducir esa pincelada hípica, en cada "bocadillo" sin desviar el sentido de la materia principal de los diálogos.

En otra ocasión seguiremos con esta interrogación al idioma de la dramaturgia fílmica o cinedramaturgia del idioma.

El afiche también me agradó. A ti parece que no. El lema, la diferencia entre distintos cielos y un filme no sólo realizado, sino vivido, es una idea apetitosa, recordable. Me gustaría tomarme una foto contigo y con el joven realizador, alrededor del afiche.

Es tan complicado hacer cine aquí que, por ahora, una principal tarea es ayudarnos entre todos y todas a levantar la base de la pirámide creativa y financiera para que nuestro colectivo se beneficie en el plano estético y laboral.

Gracias, por seguir considerándote junto a otros miembros de tu generación, alumnos míos. En verdad, es al revés. Yo sigo aprendiendo tanto de ustedes. Por eso, te leo. Y por eso, no pierdo una exhibición de nuestro cine y nuestro teatro. Y recomiendo ver y apreciar sus productos. Es el caso de "Cielo rojo".

SR / K 23 IX 2008
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