¿Por qué aprecia, Sergio Román, filmable o escenificable "La actriz" de María Bonilla?

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La actrizLo hace, por las siguientes consideraciones:

Primera

Porque la contextura de esta novela breve muestra un proceso único y múltiple, a la vez, abierto y cerrado, propio de la propuesta postmoderna, todo alrededor de un personaje femenino, la actriz, desde la audición en que es electa para componer el papel de la Titania clásica en "El sueño de una noche de verano" de Shakespeare, hasta cuando cae el telón final que cierra la temporada. Por lo tanto, ofrece una línea melódica clara para pulsar, sin extravío, su puesta en escena o en pantalla.

Segunda

Se trata de una partitura que estimula la imaginación creadora de quien la dirija o de quienes asuman sus diferentes roles, orquestación que deriva hacia la ceremonia íntima, por un lado, y por el otro, hacia el espectáculo plural. Por lo tanto, ofrece un movimiento rítmico proveniente de la tenaz y constante imbricación de las dudas y las certezas de la protagonista, conveniente para la respiración verosímil de la puesta en pantalla o en escena.

Tercera

Así, el tiempo cronológico y el psicológico, el espacio directo y el mediato, y los acentos a veces dramáticos y otras veces, desvanecidos, del argumento, se entretejen y difuminan provocando consonancias y disonancias unísonas propias del arte vanguardista de la representación. Por lo tanto, la línea melódica clara y el movimiento rítmico sostenido generan enlaces armónicos que le reclaman, equilibrio y excesos, a las personas responsables de la puesta en escena o en pantalla.

Conclusión

Así, esta obra de María Bonilla es una invitación alquímica que al trastornar la realidad y recomponerla de manera constante y progresiva, incide en nosotros, el público espectador o lector, con el afán hedónico, ético y pragmático de trascendernos.

Curridabat, CR, 9 de septiembre, 2008