Don Pepe, texto y vigencia

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Sergio Román Armendáriz

Sergio Román Armendáriz | Lunes 13 de mayo de 1991
Periódico La Nación, San José, Costa Rica, A.C.

El fluir de la videocinta ilumina la pantalla. Desde la perspectiva de una ceremonia funeral se presenta la vida que fluye en secuencias y fotos de archivo, vuelos radiofónicos y fragmentos de la insurrección social demócrata de mil novecientos cuarenta y ocho.

Diversos materiales periodísticos integran la expresión de un estilo flexible mientras la nostalgia y la didáctica bordan la atmósfera de "Don Pepe visionario", texto y composición que firma William Ortiz.

Recuerdos y gestos de José Figueres (1906-1990), caudillo civil, maes¬tro constructor de la Segunda República de Costa Rica, hablan acerca de las ocupaciones y preocupaciones del líder y labriego cuya faena reposa inconclusa a la sombra de un ideario que aún convoca y combate.

Don Pepe nos invita a subir la colina, metáfora de la resistencia y plenitud de la comunidad, matiz de composición.

El mar y el horizonte se dilatan y se encienden otras batallas al conquistar la cumbre.

Voluntad de trabajo y afán de servicio determinan el desarrollo y la estatura moral del individuo y del conjunto.

Así, el pensamiento se convierte en praxis y el esfuerzo tenaz nos convierte en pueblo.

En el lado inverso del llanto, las imágenes fluyen protegidas por la canción que, desde 1948, acompaña a las fuerzas de liberación nacional:

"Allá en La Lucha y en San Cristóbal / un estandarte vimos flotar / el estandarte a Pepe Figueres / que no ha caído y nunca caerá."

La propuesta vertebral de la videocinta subraya la sensibilidad y vigencia de la obra política y bibliográfica del caudillo de "la lucha sin fin por una patria sin miseria."

Releer a don Pepe en medio de la crisis que nos azota, es tarea purificadera y prioritaria.

Fortalecer la raíz de nuestra cultura y afinar la luz socialdemócrata para compartir, en paz, con la gente concreta, el nuevo horizonte de producción y solidaridad, constituyen el desafío y la esperanza.

La pantalla se va desvaneciendo.

La lección permanece.