Acordes para una poética del cine

Ruta: Cine: Textos fílmicos de Sergio

Acorde de octubre

Si no hubiese sido un fanático del cine, lo hubiese sido de las matemáticas. Ni dudarlo. Esto no quiere decir que sea espléndido en los dos procesos. Soy malísimo pero, qué le voy a hacer, me gusta escribir con la luz en la penumbra de una sala. Me gusta hacer rápidos cálculos mentales cuando estoy frente a la caja registradora de los supermercados, pero siempre me equivoco porque recuerdo ese “travelling” clásico de Goddard al final de Todo va bien recogiendo, en primer término, la dinámica de once o trece cajas registradoras mientras en profundidad de campo van operando diferentes cambios sociales que resumen el sentido del filme.

En la nueva matemática se dice que los números del futuro serán una distribución de probabilidades, no de posibilidades.

A la manera de don Alonso Quijano enredado en esos párrafos estrambóticos de los libros de caballerías, yo disfruto reflexionando y extraviándome alrededor de esta diferencia con el propósito de aplicar mi divagación al cine.

La posibilidad implica que todo está abierto y quizás ésa sea la clave de la aventura del arte postmoderno. Si todo está abierto, es decir, si todo es posible, entonces la tentación de un par de senos núbiles, por ejemplo, se disipará en la ubicuidad de los buscadores y en el tránsito simultáneo por las múltiples pistas de la búsqueda. Tanta energía desperdiciada en vano porque los senos siempre estarán en el sitio en que Dios los dispuso. Se trata de un barroco impresionante pero yo prefiero lo contrario.

Deseo aquello que se va administrando poco a poco en una gimnástica y magnética distribución de probabilidades de pocos objetos necesarios que se irán cargando de significación hasta reventar en el clímax. Lo deseo aunque no lo logre.

Así, este primer acorde deriva de manera natural hacia la doble e imbricada característica de los hechos fílmicos, esto es, la dialéctica entre lo inevitable y lo inesperado. Pero este cruce emblemático sólo puede lograrse al amparo de la dramaturgia aristotélica que es “a la poética”, lo que la distribución de probabilidades es “a la nueva matemática”.

Curridabat, CR, 2008