Mar, arte poética en prosa (versión intermedia)

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RESPUESTA A UNA INVITACIÓN

Texto enviado por el autor para ser presentado, en su nombre, en el homenaje a Mercedes Sosa, Mario Benedetti y Jorge Enrique Adoum, ceremonia que organizó el Colegio Americano de Guayaquil, Ecuador, por medio de su Departamento de Lengua y Literatura, el miércoles 2 de diciembre, 2009. La lectura estuvo a cargo del estudiante Andony Landívar Macías.

 

TRES VERSIONES DE "ARTE POÉTICA EN PROSA"

1.- Esta bitácora 57 contiene la versión intermedia que consta de tres páginas dedicadas a las personas ejecutivas. 

2.- La bitácora 58 contiene la versión mínima de un párrafo dedicado a las personas apuradas.

3.- La versión completa consta en la bitácora 61.

Señoras, señores:

Quiero empezar a quebrar mi exilio voluntario de casi medio siglo amparándome en un sencillo verso de David Ledesma Vázquez, poeta emblemático de mi generación, para quien el adiós sólo era . . .

" . . . gaviota marina que se fue a soñar . . ."

Y, permítanme llamar “Arte poética en prosa” a esta bitácora con la cual me honro en responder la invitación cursada por el Colegio Americano de Guayaquil por medio de su Departamento de Lengua y Literatura, para asistir a esta ceremonia dedicada a tres personalidades latinas: Mercedes Sosa, Mario Benedetti y Jorge Enrique Adoum.

Mar, lluvia y lágrimas filtran estos tres nombres en el título de nuestra evocación.

Molestias referentes a mi edad impiden mi presencia, hoy, aquí.

Le he pedido a mi sobrino-nieto Andony Landívar Macías, alumno del establecimiento, que me represente leyendo este mensaje con el cual, además, expreso mi respeto a la Dra. Patricia Ayala de Coronel, rectora, y al personal docente y administrativo del Colegio.

Convocados por Mercedes Sosa, Jorge Enrique Adoum y Mario Benedetti hemos llegado a esta cita, primero, con “Alfonsina” cuyo mar inventa la voz de Mercedes, la cantautora argentina cada vez que embellece la inspiración de Ariel Ramírez y Félix Luna: “Alfonsina y el mar”:

“¿Qué poemas nuevos fuiste a buscar (…) en el agua profunda, Alfonsina, vestida de mar”.

Y, de inmediato, con “Alejandra” a quien Jorge Enrique le escribe una carta paternal durante una noche castigada por la lluvia de mil novecientos cincuenta y uno, mientras Benedetti, en el sur del sur, propone un acuerdo de solidaridad a la “Amante” de su “Hagamos un trato”.

Gloso al poeta uruguayo:

“Es tan lindo saber que usted existe (…) y que (usted lo sabe) puede contar conmigo”.

Y Jorge Enrique, ecuatorianísimo, al hablarle a su hija Alejandra, entonces, muy pequeña, le confía que la lucha heroica por construir una patria nueva, se asumirá cuando comprendamos que:

“(…) todo (se hará y se hizo) para que un día ya no asusten los últimos soldados”.

“Carta para Alejandra”, es su título.

La voz de Mercedes recupera la visión de “Alfonsina” hundiéndose, gemela, en ese mar que palpita en la noche lluviosa de Adoum, para transformarse, poco a poco, gracias al poder de la metáfora, en la quietud espumeante de una cafetería de Montevideo donde se celebra el contrato pasional que Mario Benedetti ha creado para una pareja cuyas lágrimas de júbilo y nostalgia se disuelven en esa noche lluviosa que llega desde el mar . . .

Una mujer camina hacia las olas y se hunde en ellas. Puede ser Alfonsina Storni con el acento de Mercedes Sosa.

O puede ser esa Teresa de David Ledesma, escrita en la arena de la playa y borrada por la espuma al igual que los últimos soldados del himno de Adoum para Alejandra. 

O puede ser la Amante de la pasión uruguaya de Mario Benedetti.

Al igual que en las pantallas cinematográficas, las tres o cuatro imágenes iniciales, sueltas, irán confabulándose y soñando ese único futuro cuyo horizonte, por ética, atraviesa el concepto del ¡Amor al prójimo! que predica la “Parábola del buen samaritano”.

Y así será si superamos nuestros propios límites y miedos, para intuir que la poesía no sólo es el lenguaje visible del espíritu. Es, quizás, el lenguaje secreto de Dios.

Por eso, una educación sin poesía, carece de sentido.

¡Gracias!

CR 3 XII 2009

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