Anotaciones de Sergio acerca del oficio de escribir

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Dice Rosa Jiménez Cano, encargada de redes sociales del diario “El País” de España, al cerrar la entrevista concedida a Pablo Fonseca Q. de “La Nación” de Costa Rica (La Nación, CR, 13 de octubre del 2009, pág.17A):

Pregunta Pablo: “-Hace pocos días, Google presentó una herramienta para que las personas puedan publicar comentarios en cualquier sitio web sin mayor control y he notado una utilización muy baja. ¿Por qué cree que se da este fenómeno?

Responde Rosa:La gente se queja de que no tiene herramientas y cuando se las das, actúan como diciendo: *No, si yo lo decía sólo por quejarme*. Creo que la falta de participación puede darse por ignorancia, pero también por comodidad.

Anotaciones de Sergio:

Anotación 1.- Vale la pena subrayar de los anteriores epígrafes que sí “hay herramientas disponibles, pero poco uso, por dos causas: comodidad e ignorancia”. De allí que los vocablos tipo clave para esta bitácora, sean: ignorancia y herramientas.

Anotación 2.- Las herramientas son los instrumentos o medios con los cuales se cumple un oficio. Sin martillo y sin serrucho, por ejemplo, el carpintero no puede hacer una mesa. Por supuesto, necesita madera, clavos y pegamento, estos son los materiales, y constituyen aquella parte de la realidad que al ser utilizada formará parte de una nueva realidad, en este caso, la mesa.

Anotación 3.- Todo oficio (y escribir lo es) exige el manejo de instrumentos, materiales y técnicas. Estas últimas son las maneras de ejecutar algo. *Cada maestrito con su librito, dice el refrán.* O sea, cada carpintero con su manera de construir la mesa. Cada escribiente o aspirante a escribir, lo propio. El denominador común es el método para hacerlo.

Anotación 4.- Comodidad e ignorancia, señala Rosa, como culpables del poco uso de la herramienta de Google a la que se refirió Pablo. La comodidad es una manifestación de la pereza y del profundo deseo de permanecer en la inercia que otro decir popular resume con el clásico: *No hagan olas*

Anotación 5.- La ignorancia puede ser infinita y ni los sabios supremos escapan de ella. Son sabios porque han aprendido con técnicas, materiales y herramientas a pellizcar una mínima porción de la inconmensurable realidad desconocida y proteica para, con esa acción, arrancar una efímera chispa del caos universal. Aterrizando en nuestra reflexión, la ignorancia se concreta en el desconocimiento de las herramientas, materiales y técnicas del oficio de escribir (que incluye el de leer dentro del respectivo proceso dialéctico), faena que, por los resultados que a cada rato verificamos (revísense la pregunta de Fonseca y la respuesta de Jiménez), está descuidada o, peor, abandonada por la educación formal y estratos afines. No hay participación porque se ignora qué decir y sobre, todo, cómo decirlo.

Anotación 6.- Si así se procede también con el inglés, fetiche de moda, lo que estamos gestando es un mundo donde en lugar del bilingüismo o  el trilingüismo triunfales, estará floreciendo el bimudismo o el trimudismo o regia y babélica capacidad de no expresarse en ninguna lengua o confundirlas pues, en nuestro caso, verbigracia, nadie puede ser “tonto” en castellano e “inteligente”, en mandarín.

(“Era analfabeto en varios idiomas”, decía Borges de un prójimo que se pavoneaba con ínfulas de políglota).

Anotación 7.- ¿Es sólo académica esta cuestión? No, no lo es. Es política no porque se refiera a algún partido o ideología en particular, sino porque se refiere al poder que puede derivar o en autoritarismo o en democracia. Al poder autoritario le conviene el mudismo único, doble, o triple, etc. Al poder democrático, no, porque hay una relación directa entre expresión oral y escrita… ¿de qué? Pues, de lo que nos impresiona de la vida sea íntima o sea social. En resumen, la democracia se modula por medio de la ceremonia electoral cada cierto lapso, lo cual implica una toma de decisiones a cuya madurez se llega por pensamiento y voluntad. Así, el arte de decidir en una elección tiene que ver con al arte de pensar y éste se modula por medio del oficio de leer y escribir. De allí que la pregunta de Pablo Fonseca y la respuesta de Rosa Jiménez van mucho más allá de los límites de un espacio y un tiempo tecnológicos. Amén.

Notas

Gracias por la atención y por visitar y difundir, si fuere posible, las bitácoras de Sergio Román.

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