Tres puntos suspensivos para una dramaturgia emergente en Costa Rica

Categoría: Teatro / Inicio

FICHA.- Dramaturgia costarricense / Expresiones escénicas emergentes: ‘Te echaré de menos’ ópera prima de Arturo Campos (CR,1987), ‘Proyectos incompletos’ ópera prima de Ricardo Lobo’ (CR,1982) y ‘Entre el humo y la lluvia’, a partir de algunos títulos de Tennessee Williams, cuarta pieza de Mabel Marín (CR, 1986) donde continúa el diálogo intertextual que, desde las anteriores, ha venido sosteniendo 'con clásicos masculinos de las letras...' (Ref.-: Págs.25 y 107, de 149). Edición y prólogo de Adolfo Albornoz Farías, diseño de O. B. Mesa para Arlekín Literatura, San José, 2012. (149 págs.)

TRES PUNTOS SUSPENSIVOS PARA UNA DRAMATURGIA EMERGENTE EN COSTA RICA

Bajo una presentación sobria pero elegante, hoy tengo en mis manos este tomo titulado ‘Dramaturgia costarricense’ que contiene (al rezar del subtítulo) tres 'Expresiones escénicas emergentes', que irrumpen en el ámbito nacional, cada una con su propio resplandor, las dos primeras, 'óperas primas' que se cierran, la primera con un redondo punto conclusivo (pág.68), la segunda con un punto abierto (pág.106), y la última (la cuarta pieza de la autora), con la palabra '¿Fin?', así, entre signos de interrogación (pág.149) abriendo estos tres detalles una golosa interpretación semiótica.  

Mabel Marín, Ricardo Lobo y Arturo Campos presentan a esta Costa Rica de la primera década del siglo 21, estableciendo un contexto algo difuminado en el texto de ella por la naturaleza de los materiales que la inspiran, pero nítido en los textos de ellos por el realismo directo que emplean. 

Las apetencias eróticas son la materia prima de 'Te echaré de menos', condimentadas por un secreto que el marido (Juan Pablo) esconde en unas cartas remitidas por su amante de hace algún tiempo, otro varón, hasta que la llegada de un estudiante extranjero (Josué), ángel homosexual precipita la caída de las máscaras y anima a la mujer (Marina) a intentar abandonar la rutina de satisfacerse con un solo compañero sumando a sus ensoñaciones, al recién llegado y, en el futuro, tal vez, sin abandonarlos, no le sea difícil visitar Lesbos. Al estallar la crisis, cada actante toma su camino.

En 'Proyectos incompletos', a cargo de la mujer (Marcela) yace el secreto de conseguir el dinero necesario para el diario sustento de un marido sin trabajo (Lucas) y de la hijita mutua (Sofía), gracias a la muy interesada ayuda monetaria de un turbio amigo del ayer (Matías) que se hace presente para exigir, a cambio, una cópula concreta mientras, de manera paralela, se desarrolla otro bosquejo de relación entre el mencionado marido, aspirante a pintor, y su anterior novia (Milena) que acaba de retornar al país desde la tierra yanqui, sin compromisos pero con suficientes recursos para montar un hotel de playa donde ella pretenderá recapturar a Lucas. Al estallar la crisis, una breve alusión al futuro de la niña le permitirá al espectador o al lector, la opción de imaginar el desenlace.      

 Siendo 'Entre el humo y la lluvia' un coloquio intertextual entre Mabel y algunos personajes de Tennessee, la señorita de 'Verano y humo' no termina pidiendo un taxi para viajar al lupanar, ni la ninfómana y mitómana de 'Un tranvía llamado deseo' termina en un hospital psiquiátrico, ni la muchacha víctima de una discapacidad termina en el recuerdo del hermano que ha huido de la madre brutal de ambos, sino que aquí, dos damas burladas por el mismo caballero, descubren que uniéndose pueden poner de rodillas, al fin, a cualquier demonio cabrío. El aporte de Mabel, antípoda de Williams, consiste en provocar su propia lectura temática y compartirla vistiéndola, asimismo, con su fresco estilo con el cual los bautiza bajo el amparo expresionista: Hombre, Mujer 1, Mujer 2. 

Es agradable asomar la mirada a estas páginas nacientes, porque se dejan leer. Y,asomarla al escenario de la sala 'Giratablas' donde se representó ‘Entre el humo y la lluvia’, porque se dejó observar.

Además, con una perspectiva de equidad de género, este trío de obras sacude la inercia de los nexos y fracturas de la pareja. Es su ideología. Otra virtud.

(Semanas después, aplaudí 'Proyectos incompletos' de Lobo, en la sala 'Oscar Fessler' del Taller Nacional de Teatro, TNT, cuyo escenario lucía un montón de cajas de cartón que se usaron para matizar un inicial cambio de domicilio y un posterior ambiente de supermercado, de tal manera que el espacio exhibía una modificación similar a la que produce un adjetivo al calificar a un sustantivo. Esta virtud corresponde a Mabel, la directora. Para completar la tarea, me hace falta la representación de Campos, de cuya composición sin embargo escuché un extracto en público, quizá su escena vertebral y, entonces, sentí la concentrada atención del público.)

En las tres obras, no sólo son los personajes quienes deban adoptar una nueva moral, sino el país del cual, quienes cultivan esta dramaturgia, son sinécdoque, porque este tríptico nos obsequia la valiente señal de haber cambiado de centuria (y de milenio) pues el estar en presencia de 'expresiones escénicas emergentes' constituye la metáfora de estar frente a un triple y tácito manifiesto de un sector sensible de la actual generación en pro de una expresa sexualidad emergente. Y esto, se acepte o se rechace o se esconda en la indiferencia, hará historia. Ya lo está haciendo.     

 Menos que una ponencia, este artículo (adaptación de mi participación en la noche de la presentación del libro en el Centro Cultural 'José Figueres Ferrer') es una rápida descripción de mis manías retóricas a partir de la trilogía mencionada.

Verbigracia, en un momento de ‘Verano y humo’ de Tennessee Williams que Mabel asume con el natural enfoque que conviene a la idea central de su propuesta, un médico lleva a su consultorio a la muchacha que fue su compañera de juegos infantiles, hija de un pastor evangélico, niña que ha crecido dentro de una rígida moral. En el consultorio, el médico ilumina un cuerpo humano para mostrarle lo que somos: cerebro ávido de verdad, estómago ávido de alimentos, sexo ávido de amor. Ergo, desde mi perspectiva pedagógica, lo que predica el subtexto de esta cita, sobre todo para quienes se dedican a construir personajes dentro del canon aristotélico, es invitarles a profundizar en su psicología.

Ídem, esta reflexión recuerda el 'Soneto a tus vísceras', versos argentinos de Baldomero Fernández Moreno: 'Harto ya de alabar tu piel dorada / tus externas y muchas perfecciones / canto el jardín azul de tus pulmones / y tu tráquea elegante y anillada. / (...)' Etc.

Estas líneas nos llevan a identificar la salud externa de una persona, con su intimidad orgánica pues un buen cutis, por ejemplo, depende de un buen hígado más que de una crema publicitaria. Y, por extensión, intento indicar que en la interioridad anímica del personaje, reside más de una clave de su comportamiento.

De este modo, y con el propósito de contribuir a desenvolver las posibilidades comunicativas del personaje, estas referencias también recuerdan la tesis que divulga Carl Sagan en ‘Los dragones del Edén: Lo reptilíco, lo límbico y lo referente al neocórtex, a propósito de los tres cerebros que, como producto de la evolución humana, palpitan en cada individuo. (Me expreso así, asumiendo el riesgo de ir a contracorriente del decir popular que, para hablar de algún prójimo sencillo, la ironía señala que ‘fulano no tiene cerebro ni para un derrame’.)

Así, pues, la Mujer 2, de ‘Entre el humo y lluvia’ navega con el 'neo-córtex' cuando con lucidez y propiedad recuerda la inflexión mental de Wilde acerca de que ‘Todos estamos en el arroyo pero algunos miramos las estrellas'. (pág.129). O, cuando, en el mismo segmento, habla del alarde gótico que lanza la piedra de las catedrales a conquistar la altura, es su emotividad la que está proyectándose por medio de su registro 'límbico' En cambio, el 'Hombre' y sus Mujeres '1' y '2', más que navegar (lo cual implica un control del raciocinio opuesto al azar de la deriva), se deja arrastrar por el impulso ‘reptilíco’ cuando la pasión lo lleva, insaciable, de la una a la otra, y viceversa.

Este entrelazamiento de diferencias entre razonamientos, sentires y deseos, alimenta el ritmo de las palabras y de las imágenes al servicio de la acción. Por eso, vale la pena explorar, al igual que el aspecto semántico y el eufónico de los lenguajes, el aspecto que corresponde a las tres energías cerebrales que la evolución ha ido depositando en cada uno de nosotros. Ergo, yo creo que es verosímil, el emplearlas, para proporcionar espesor a monólogos, diálogos y polílogos.

En ‘Te echaré de menos’, de Campos y en ‘Proyectos incompletos’ de Lobo, y por ‘Entre el humo y la lluvia’ de Marín, el concepto y la praxis de pareja es sometido a un explosivo fuego cruzado de tal manera que ‘dos’ no siempre son tándem o dúo, como tampoco lo son exclusivamente lo que aún, desde la descripción biológica, pueda considerarse ‘un macho y una hembra’. Por lo tanto, sin ser francotiradores en contra de Aristóteles, ni en contra del capitalismo, el libro que estoy reseñando encuentra, para mí, que la verdadera crisis es la de Adán y Eva y Caín y su estirpe.  

Este fermento afecta la geometría de las relaciones de tal modo que ‘Te echaré de menos’, encabalga sexos y  fantasías pues, aunque sus figurantes se necesiten, el adiós resulta inevitable. Pero, ¿es inevitable, hoy, la disolución de un ensamble en vías de conformación entre un bisexual ambiguo y un homosexual seguro de su condición y una heterosexual que está disponiéndose a superar sus prejuicios?

En ‘Proyectos incompletos’, el terceto formado por Marcela, Lucas y Milena, tiene una doble apertura hacia María José y Sofía, que se mencionan aportando con ingenio ciertos datos pero nunca aparecen de modo físico. En especial, María José, chismosa que conoce a todos y, a la vez, es muy conocida por todos, genera información y cambios aunque sólo se muestra indirectamente en boca de los demás. Y, Sofía, la hijita de Marcela y Lucas, tampoco, pero conserva, su natural poder de ser, no un sujeto a respetar, sino un objeto de imposición, en este caso, de la voluntad de la madre contra el padre. Basta revisar los dos parlamentos finales, luego de la aparente o real decisión del hombre de abandonar a la mujer: - 'Lucas (dice Marcela, endosándole un honorable tratamiento), usted sabe que Sofía necesita una familia.' - '¡Mierda!' (replica Lucas). La ruptura parece inevitable pero queda, en el aire, flotando, el nombre de la hijita el cual, por medio de la ingeniería de la manipulación, podría restablecer el puente roto. El final queda abierto dándole sentido a esa conjunción de sustantivo y adjetivo del título: ‘Proyectos incompletos’.

ACERCA DE LA ESTRUCTURA

La estructura que me interesa fluye desde la música (clásica, jazz, etc.) y del cine, más que de la literatura. Esta consideración, me parece pastoreable si logramos modular la fragmentación mecánica de introducción, desarrollo y desenlace que corresponde, en la preceptiva, al simple esquema de cabeza, tronco y extremidades. Creo que la estructura debe fluir de la codificación de indicios, líneas narrativas y demás imponderables que inspiran las fuentes mencionadas en las líneas iniciales de este párrafo.  

 Llamo, en singular, estructura a la figura que dibuja el movimiento de la acción dramática durante el lapso en el que ésta transcurre pues, por ejemplo, en la obra de Mabel ‘Entre el humo y la lluvia’ se bosqueja una triple curva que está marcada por la interacción del ‘Hombre’ y la ‘Mujer 1’, de un lado, y por el ‘Hombre’ y la ‘Mujer 2’, del otro lado, bocetando un juego de tenazas o cascanueces que se van ajustando hasta que el ‘Hombre’ de, dominador inicial, atrapado en su propia red de mentiras, clama perdón y confiesa el origen de sus debilidades. Las aspas de las tenazas se han cerrado y sólo dejan 'mutilaciones (en) la memoria (donde)todo parece suceder con música’(pág.149). Y, en la misma obra, la tercera curva funciona a manera de enorme paréntesis que se alimentan de una interrogación y de una respuesta casi idénticas que alternan el ‘Hombre’ y la ‘Mujer 1’: - ‘¿Qué hora es?’ - ‘Es domingo’.

Al margen anoto que, en la puesta, se subraya la profesión del Hombre. Se trata de un 'médico' y no de un 'doctor' cuya generalización (como aparece en la versión impresa), lesiona el carácter pues ese señor, sobre las tablas o en la partitura, no puede ser ni un mecánico ni un técnico en electrónica, ni ningún otro alias. Debe ser un médico extraviado en ambigüedades y apetencias. Cuidar la salud de los demás es un oficio noble, el del médico, pero extraviar a los pacientes y perderse uno mismo, es cometer exceso, hybris, falla trágica, armando una autotrampa con las apetencias y las ambigüedades recién denunciadas.

En cuanto a la nomenclatura, siempre que indago, a mis estudiantes, acerca del porqué del santo y seña de sus criaturas, las respuestas en general me dejan insatisfecho. Algo tiene que saber García Márquez, les digo, cuando ubicó el clan Buendía, allá en Macondo, en contraste con sus 'Cien años de soledad'. O, mucho también debe saber Juan Rulfo, cuyo 'Pedro Páramo', doble apelativo implica desierto y montón de piedras en las que, luego de ser asesinado por uno de sus hijos, queda convertido el protagonista en las líneas que ultiman la novela. Y, ¿qué decir del primer capítulo del Quijote, luego de la frase circunstancial 'En un lugar de la Marcha...' tan propensa a la indefinición, el membrete de su amada, el suyo y hasta el de su caballo, tienen justificación recordable y plausible.

Este poder del cual la experiencia de la humanidad ha dotado a cada apelativo solo o en combinación o en contraste, es o debe ser un hilo a integrarse al tejido, y nunca un hilo suelto, por arbitrario, del texto.

¿De dónde vienen los nombres que usaremos y sus apócopes e hipocorísticos,y de qué manera quedarán integrados en nuestra obra, es una cuestión digna de un ajuste de cuentas. Es ésta la cuestión a dirimir. Y no, otra. El cualquier caso, merecen codificarse.  

///////

Se trata, asimismo, de una nueva incursión editorial de Adolfo Albornoz Farías quien, además, firma un prólogo pertinente que resume su poética y la enriquece con citas, en su orden, de Álvaro Quesada, María Lourdes Cortés, Patricia Fumero, Carolyn Bell, Margarita Rojas -- Flora Ovares, y Werner Mackenbach, firmas que se remiten al texto y al contexto de la dramaturgia costarricense contemporánea. 

Tengo poco que añadir, salvo tres puntos suspensivos... que se develizan en la página 59 [1]:-'Lo importante es sentirse bien con uno mismo y luchar por lo que se quiere.' Éste parece ser el lema de Arturo, Ricardo y Mabel. ¡Éxito!

CR, abril-junio de 2012

[1] Arturo Campos (‘Te echaré de menos’, págs.27-68), Ricardo Lobo (‘Proyectos incompletos’,págs.69-106), Mabel Marín (‘Entre el humo y la lluvia’, págs.107-149). En: DRAMATURGIA COSTARRICENSE, Expresiones escénicas emergentes (Edición y prólogo de Adolfo Albornoz). San José, CR, Editorial Arlekín, 2012. (Pág.59, de 149).   

Enlace sugerido: Casiolvidos de un espectador de teatro en CR

Notas

Contribuciones de Adolfo Albornoz Farías a la dramaturgia de CR

Ia. SERIE: EMERGENCIAS (2007, 2008, 2009) II. SERIE: EXPRESIONES ESCÉNICAS EMERGENTES (2012), proyectos creados por Adolfo Albornoz Farías, para estimular la dramaturgia costarricense contemporánea:

La primera serie está compuesta por 'Emergencias 1' (tres obras, 2007), 'Emergencias 2' (3 obras, 2008), 'Emergencias 3' (tres obras, 2009).

La segunda serie está representada por 'Expresiones escénicas emergentes' (tres obras, 2012).

Ia. SERIE

Las nueve obras del PROYECTO EMERGENCIAS, son:

2007

El libro Emergencias 1 contiene:
'Juegos a la hora de la muerte', de Milena Picado,
'Sinapsis, cuatro locas masticando a un imbécil', de Elvia Amador, y
'Ley seca', de Angie Cervantes.

2008

El libro Emergencias 2 contiene:
'El dolor de la carne', de Mabel Marín).
'El largo adiós', de Kyle Boza.
'El pudridero', fotografías de quien sabe dónde, de Álvaro Martínez.

2009

El libro Emergencias 3 contiene:
'Ollas de presión', de Amadeo Cordero,
'100 gramos', de Janil Johnson, y
'Proyecto final', de Sofía Téllez.
 

II. SERIE

Las tres obras de EXPRESIONES ESCÉNICAS EMERGENTES (hasta este momento, 22 de junio de 2012), son:

2012: Expresiones escénicas emergentes contiene:

Arturo Campos (‘Te echaré de menos’, págs.27-68), Ricardo Lobo (‘Proyectos incompletos’, págs.69-106), Mabel Marín (‘Entre el humo y la lluvia’, págs.107-149). En: DRAMATURGIA COSTARRICENSE, Expresiones escénicas emergentes (Edición y prólogo (págs.9-26) de Adolfo Albornoz). San José, CR, Editorial Arlekín, 2012. (149 págs.)   

ESTRAMBOTE '1' A LA BITÁCORA 204, www.sergioroman.com 

204
  Tres puntos suspensivos  para una dramaturgia emergente  en Costa Rica

Al amparo de profesionales del teatro que, llegados del exterior, están proyectando localmente su vocación pedagógica (Gabrio Zappelli, Stoyan Vladich, David Korish, Aldolfo Albornoz, etc.), se ha ido forjando una joven generación costarricense de personas nacidas en los últimos años del milenio anterior, las cuales van abriéndose paso y sembrando su imagen durante estas dos primeras décadas del siglo 21, a quienes su voluntad de trabajo las va convirtiendo en la Energía Neoemergente de un País Nuevo. Uno de estos casos, David Rojas, que representó al HOMBRE de 'Entre el humo y la lluvia' (título que acabo de reseñar en esta bitácora) además de acometer tareas varias, está afinando su propio 'monólogo' (que en mi nomenclatura de 'cada maestrillo con su librillo') yo llamo 'unipersonal' porque son múltiples los soportes que le permiten manifestarse, aunque sea uno solo (de soledad y de solamente) el sujeto que los convoque y estructure. Al margen, cabe adelantar que se observa en dicho texto, aún en una etapa de afinamiento, una imbricación de corrosiva fantasía y de crítica política a su Costa Rica asediada hoy, por una visible y galopante corrupción ('la trocha 1856, en la frontera con Nicaragua', etc.) y por una invisible retórica (ser 'el país más feliz del mundo', etc.). Por eso, percibo que este naciente autor (y en los de su grupo etario, -no etáreo-) un marco teórico y una praxis que al explicitarse, constituirá un material intelectual que podría servir de prólogo a su obra cuando la canalice por la vía impresa o la virtual, y de guía a su público cuando la ponga en escena, y de insumo orientador. /// Por lo pronto, esperaré la edición y el estreno. / Continuaré... SR / CR, 5 de julio de 2012                                     

Regresar