Al margen de “Sentencia no pronunciada” de Javier Solís

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Resumen de la historia:

1.- Ficha: Solís, Javier. “Sentencia No Pronunciada”, relato-ensayo-crónica, conjunto literario adaptable a un monólogo o a un unipersonal. Costa Rica, Provocaciones Irreverentes, Internet, Correo electrónico, 2009.

2.- Planteamiento: En una comunidad hipócrita, Alguien (Luis), destruye el experimento de ensayar la santa misa u otros oficios ceremoniales,  en plena naturaleza, en consonancia con el espíritu de la juventud y de la modernidad.

3.- Desarrollo: Víctima de una denuncia maligna y del consiguiente escándalo mediático, un joven sacerdote, abandonado incluso por sus pastores, llega a la convicción de que nada tiene que hacer dentro de una organización rígida, higuera estéril. Así, sin abandonar su vocación, renuncia a su estatus, eligiendo entonces la opción pedagógica y legislativa, dentro de cuyo ejercicio, años después, es solicitado para ejecutar un bien supremo a favor de quien tanto mal le había hecho.

4.- Contexto: A punto de estallar en señales externas, el dilema, íntimo conflicto, queda bordado por puntos suspensivos que brillan en el párrafo postrero de esta polémica variación de la teoría y la praxis del eje vertebral del cristianismo: el amor al prójimo, lección moral que ilustra bellamente la parábola de El buen samaritano y el lema: Haz el bien y no mires a quien.

5.- Sentido: El protagonista (¿efluvio del autor?), consustanciado con el valor también cristiano de la solidaridad por la cual tanto han padecido (uno y otro), se tambalea en la realidad y dentro de la metáfora del Juicio Final que JS y su imagen duplicada en actante, han compuesto, mientras (a este y al otro lado de la lectura) vamos llegando a comprender (personas y personajes) que la voluntad y la memoria humanas, aunque parezcan hechas de cielo firme apenas son de barro, a la manera de nuestras propias vidas, alquímicas expresiones del orgullo ancestral.

6.- Sugerencia: Antes de acallar los aplausos que propongo para celebrar el texto mencionado, sugiero (único matiz) una sustitución brevísima en el orden de las palabras en el párrafo final, para encapsular con nitidez el sentido de la historia,  pues el autor dice:

" ... sentí vergüenza de mí mismo por no estar seguro de que, si hubiera sabido de quién se trataba, hubiera hecho la gestión. (...)".

Quizá sea mejor, en homenaje a la precisión, decir:

"... sentí vergüenza de mí mismo por no estar seguro de haber hecho la gestión, si hubiese sabido... ¡de quién se
trataba! (...)".

7.- ¿Desenlace?: Desde la letra inicial del título y del apellido, esta “Sentencia No Pronunciada” de Javier Solís, expresbítero y exdiputado y exdiplomático, siempre periodista y siempre varón de bien, digo, para este escritor amigo, el punto final de su texto se consume en una atrevida pirueta estilística, pues oscila abierto, entretejiéndose al tema, áurea espada de Damocles balanceándose sin fin sobre cada conciencia.

SR, 2009

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