'La hija de Barbazul', ceremonia escénica de Rodrigo Soto y María Bonilla / Costa Rica / Temporada 2011

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Crónica incluida en ‘Imágenes e ideas sugeridas por el

teatro y el cine de experimentación en Costa Rica (1992-

2011), Primera libreta

Sergo Román Armendáriz / www.sergioroman. com

‘La hija de Barbazul', ¡tres cuerpos, uno y muchísimos más!*

(Autoría: Rodrigo Soto / Dirección: María Bonilla / Sala:‘1887’,

8 IV 2011 / Insumos: Gilles, barón du Rais o Retz (1404-1440),

1er. teniente de Juana de Arco, la Doncella de Orléans (1412-

1431)**

SR / Bo. Dent, S.J., viernes 8 de abril, 2011

Acabo de abandonar el teatro ‘1887’ ubicado en la antigua Fábrica Nacional de Licores heredada por el vigente Centro de las Artes, espacio urbano que escoltado por la ‘Casa Amarilla’ donde habita la Cancillería de Costa Rica frente al parquecito ‘España’, constituye una nostálgica estampa josefina, la perfecta antípoda emotiva de la liturgia que María Bonilla (acompañada por Milena Picado, Natalia Regidor y Selma Solórzano) ha bordado con el texto de Rodrigo Soto: ‘La hija de Barbazul’.

Al salir a la noche, intento recordar a la izquierda de quien observa (con la perspectiva que ofrecía el patio de butacas), una escalera que trepa, al fondo, del piso a las nubes, sirviendo de barra de ejercicios para alguien vestida de rojo, y en el centro, siempre a la izquierda, una bañera clásica donde metafóricamente, más que líquidamente, otra visión se sumerge y emerge vestida de blanco, en tanto a la derecha, en la zona también intermedia, dos espejos de casi dos metros de altura multiplican el espacio y el ánimo de una tercera mujer vestida de negro, ¡tres siluetas, una y muchísimas más que se conjuntan en esa joven, la hija, que representando lo plural, enjuicia al singular depredador, ¡su padre!
 
Rojo, blanco y negro, austera cromaticidad de la lujuria y la pureza entretejidas por la muerte.
No es una ecuación, es una opción retórica.
A partir de un pliegue histórico, Rodrigo estructura su monólogo que María transmuta en un despliegue visual y acústico de piel y telas que se extienden recogiéndose, y de un par de musicales instrumentos que las acompañan y de la postrera confidencia soterrada en la banda sonora y de la viva voz de las actrices y de sus desplazamientos e inmovilidades y silencios que se cultivan mientras en su alrededor translúcido se aloja la proyección morosa de diferentes imágenes que, de alguna manera cercana al cine, estampan y desvanecen pinceladas de la época. 
Éste es el poético estilo de María Bonilla Picado.
La tradición registra que Barbazul (en el cuento de Perrault***) asesinaba a sus efímeras esposas luego de pernoctar con ellas, pero no es frecuente consignar que tal caballero (Gilles de Rais, en la cotidianidad), de quien mucho se sabe acerca de su cerúleo linaje por fortuna y por haber combatido junto a Juana de Arco y por su golosa afición a devorar infantas e infantes con toda la connotación que ese sintagma tiene de pederastia y necrofilia, sin embargo, de él, apenas se sabe que en su matrimonio adolescente hubiese tenido una hija, factor galvánico para la composición del  personaje ficcional, aunque poco importe si ese elemento es exacto o no lo es, ni cuál fue la dinámica hogareña aunque la curiosidad nos arrastre a inquirir acerca de las relaciones que mantuvo con su cónyuge y con la niña de la casa.
Además de la verosimilitud, lo que sí importa al borde de los delitos que el señor confiesa (los cuales son más en cantidad y en perversión de los que siempre se le atribuyen), es preguntarnos si la humanidad a la que aún parece que pertenecemos, a pesar de dicho espécimen, podrá algún día infundir, en sus genes, el don de la perfectibilidad que nos permita sobrevolar esta ola infinita de violencia que continúa reproduciendo la espiral de la herencia, desde nuestros iniciales ancestros hasta quién sabe cuándo.
Ésta es, creo, de Rodrigo Soto González, su intención temática, polémico mecanismo dramatúrgico que, ilustrado por la fábula, predica acerca de cómo la existencia debe o no debe ser asumida. Así, en nuestras venas continuará aleteando la duda: ¿Para qué procrear?****
El monólogo se ha vuelto diálogo y ‘trílogo  y polílogo’***** y orquestación de penumbras y de comportamientos en el devenir de esta parábola de la postmodernidad que, por su naturaleza, no rima con un progresivo conflicto entre un héroe o una heroína versus su antagonista (sino que lo sustituye describiendo, por ejemplo, la gestión de ‘Un buen samaritano’ en los Evangelios, o denunciando, digamos, las aventuras de 'Un criminal erótico', en el caso que nos ocupa), material cuya apreciación establece sus propias referencias, (no necesariamente las  que prescribe el genial Aristóteles en su ‘Poética), pues de pronto, la correntada de la diégesis culmina identificándose con esa aérea batería de potentes reflectores llamada ‘diabla’ (¡sugerente nombre!) que, al poner el punto final de la representación que estamos comentando, cae de los cielos del escenario y se lanza contra el público purificándonos con su luz misericordiosa que nos obliga a entrecerrar los ojos para adivinar, en nuestra intimidad, ¡qué tanto de Barbazul o de su hija! estamos en disposición de atesorar. O de expulsar.
¡Amén!

Enlace sugerido: Casiolvidos de un ocioso espectador de teatro ...

Notas

                                                                   *ACREDITACIONES 

 (tomadas del Programa de Mano)  

                        

AUSPICIO.- Ministerio de Cultura y Juventud / Teatro Popular

‘Melico Salazar, Compañía Nacional de Teatro, Embajada de

España, Centro Cultural de España y Teatro ‘UBÚ’

PREMIO.- Obra ganadora de ‘Escena Viva 2011’ en la categoría de

Dramaturgia Costarricense

ELENCO.- Actuación: Milena Picado, Natalia Regidor y Selma

Solórzano. Voz grabada: Gerardo Arce lee la confesión de Gilles

de Rais. Otras voces grabadas: Natalia Regidor, Milena Picado,

Isabel Guzmán.

DISEÑO.- Afiche-Programa de mano, Abelardo Vladich / Vestuario,

Rolando Trejos / Realización de Vestuario, Viqui Fonseca /

Iluminación, Luis Emilio Aguilar / Multimedia,

Ana Muñoz

MÚSICA.- Partitura original, Carlos Escalante / Viola, Maricel

Méndez / Laúd, Mario Solera

Autoría: RODRIGO SOTO
Asistencia de Dirección: IRENE SOLERA

Dirección: MARÍA BONILLA

Producción.- CENTRO CULTURAL DE ESPAÑA / COMPAÑÍA NACIONAL DE

TEATRO / TEATRO UBÚ / SÍ PRODUCCIONES

El ‘Programa…’ menciona y agradece a: 10 nombres oficiales / 20

nombres profesionales / 9 nombres particulares / 1 nombre

institucional       

FICHA: Soto, Rodrigo. La hija de Barbazul. San José, SÍ

PRODUCTORES, Tinta en Serie: núm. 17, Serie de Dramaturgia

costarricense contemporánea. 2011.

42 págs.                                                             

**INSUMOS

**1.- La biografía de Gilles, barón de Rais o Retz (1404-1440), 1er. teniente de Juana de Arco, la Doncella de Orléans (1412-1431), que incluye (I) el juicio que condenó a muerte al caballero encerrado en su confesión de necrofilia, pederastia y sadismo (1540), y (II) por contraste, su tácita pasión por la heroína de Francia y su expresa rebelión contra Dios por permitir la muerte de tal virgen, acontecimiento que precipita el pacto de venganza del personaje con el Mal, lo que no excluyó, murmuran, su cristiano arrepentimiento al pie de la horca. 

**2.- En el cuento tradicional de Parrault, 'Barba Azul' (¿o su máscara o su heterónimo, Gilles de Rais?), este personaje es el emblemático culpable de la desaparición de sus seis esposas y casi de la séptima, en paralelo a la presencia de la habitación prohibida (¿caja de Pandora?) y, la técnica de la salvación física y metafísica en el último instante de la aventura.

**3.- Sobre este humus, la obra de Rodrigo Soto (CR, 1962) recupera el matiz generacional 'padre-hija' que permanecía semioculto por la abundancia de estremecimientos que proporciona un asesino en serie, sugiriendo, asimismo, el clima de la violencia intrafamiliar. Éste es el aporte ideológico del autor. En cambio, la estética de la sinestesia es el aporte estilístico de la dirección de María Bonilla (costar.-cense, 1952).

***PERRAULT

Perrault, Charles (1628-1703). Autor de 7 cuentos ¿infantiles? de difusión occidental: Piel de Asno, La Bella Durmiente, La Cenicienta, Caperucita Roja, Barba Azul, El Gato con Botas y Pulgarcito que han merecido variadas interpretaciones psicoanalíticas y criptográficas que, en ellos, todo lo que parece ser, no es. (Véase: Soriano, Marc. Los cuentos de Parrault, erudición y tradiciones populares. Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 1975. 513 págs.

Costa Rica / Temporada 2011 / www.sergioroman.com : Teatro  

****¿PARA QUÉ PROCREAR?

¿Tema, hipótesis, derivación del tema o qué?

Un amigo dramturgo ecuatorial quiere saber si la pregunta ¿Para qué procrear? que usé en mi bitácora (la 151, atinente a 'La hija de Barbazul' de Soto/Bonilla), encierra el tema pues éste debe expresarse en términos positivos. Sólo las hipótesis se expresan con preguntas, dice. Le contesté indicando que mi sintagma (entre signos de interrogación) es la lectura personalísima que yo hago de la representación a la que asistí (no sé qué opinan ni la directora ni el autor) pero una vez que la criatura sale de las manos que le dieron vida, es autónoma, frente a frente con o contra el observador. En mi caso, puede tratarse, asimismo, de una derivación del tema en cuyo fluir el espectador mezcla hilos del texto que va descubriendo con hilos del contexto que ya conoce. Este rizo constituye parte del encanto. En ese contexto, alrededor de los datos del 'caballero' Gilles de Rais circulan los versos de Calderón de la Barca que, aclaro, cito de memoria a vuelapluma y, por lo tanto, pueden deslucir entreverados: 'No hay crimen mayor que el haber nacido', alusión metonímica al papá y a la mamá de cada quien. Al novelista de 'La virgen de los sicarios' también le escuché una expresión parecida. Por supuesto, negarse a procrear equivale a un suicidio plural de la especie a mediano plazo aunque se pongan a disposición (¿de quiénes?) los bancos de semen y óvulos. Por eso, yo no afirmé nada, ni puse tal enigma en los labios ni de la directora ni del autor, sólo encerré la derivación del tema en un cuestionamiento que no necesariamente es una hipótesis, aunque a veces eludiendo la vigilancia de  quienes firman una puesta en escena o en pantalla, o su guión, de contrabando se filtran ideologemas ajenos a un predeterminado enfoque que podrían ser sustancia de investigación. Quizá, tendríamos que inquirir si ¿Vale la pena  -o, no- continuar multiplicando la especie en un mundo donde el Mal (léase, Gilles de Rais y su estirpe), predomine? Ésta fue mi contestación al amigo.  

*****¿DIÁLOGO, TRÍLOGO, POLÍLOGO?

 Diálogo es un vocablo que no requiere explicación. Al amparo del espíritu de la lengua, se han ido formando naturales neologismos..Yo he escuchado mencionar 'triálogos', voz calcada sobre la acústica de 'diálogos´. Sin embargo, prefiero 'trílogo' cuya acústica corresponde a 'polílogo', neologismo inventado a partir de la flexibilidad de las óperas y operetas que permitan, por medio del canto, unir y traslapar diversos recursos corales aunque doña Lógica salta un tanto apaleada. De allí que, ese recurso es idóneo para un teatro o un cine al margen de la dictadura de los significados verbales. Por supuesto, estoy hablando de un recurso filmoescénico de experimentación. En una película acerca de Mozart se abosda este asunto. 

 

www.sergioroman.com / teatro y bitácora (Véase la barra para Teatro y la franja superior de la página, para Bitácoras)

POSTDATA

Hoy, 15 de abril de este 2011, la televisión internacional denuncia que en Alemania se ha capturado a una red mafiosa que prostituía a niños y niñas que (con simulados fines de soidaridad social) exportaba desde Haití aprovechando la orfandad de miles de criaturas indefensas de ese pueblo cuya miseria constante ha sido agravada no sólo por dos recientes terremotos y por la permanente des-administración de un Estado en vías de disolución, sino por las calamidades denunciadas que ahora ejecutan los descendientes de Gilles de Rais en flagrante contubernio con los piratas del capitalismo salvaje. SR

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