Imágenes e ideas sugeridas por el teatro y el cine de experimentación en Costa Rica (1992-2011)

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Sergio Román Armendáriz / www.sergioroman.com / Bitácora 152 / S.J., 17 de abril, 2011

Dicen que el jazz depende más de la flexibilidad de la ejecución, que de la composición rígida. Me gusta saborear esta cita (cuya procedencia ignoro) porque, con las salvedades obvias, la sustancia de la experimentación esceno-fílmica se parece al ejercicio de esa libertad. Esto es, (ahora me incluyo en calidad de público) nos caracteriza la capacidad generatriz de convertir las ideas y frases escritas, en imágenes fijas o en movimiento en el escenario o en la pantalla, y de tal capacidad dependemos más que de la sintaxis o de la semántica de las palabras y párrafos dormidos en la obra. De este modo, quien dirige debe asumir la co-autoría del texto previo, cada vez que ejecute la puesta en escena. Saludos, Sergio Román-tico, SR

Imágenes e ideas sugeridas por el teatro y el cine de experimentación en Costa Rica (1992-2011) 

ALGO PARECIDO A UN PRÓLOGO *

En la escuela primaria de una época cercana al año de la bomba atómica,1945, aprendimos a llevar dos cuadernos por cada asignatura, uno ‘de borrador’, lleno de tachaduras, remiendos y garabatos, filtro para ascender al otro, llamado ‘en limpio’ que debía lucir perfecto. Pero la realidad no frecuenta estos dos cuadernos. He aquí la causa por la cual este folleto recoge apenas trece comentarios. Tengo otros en lista de espera... Los ordenaré, cuando lo permita el tiempo. 

Por lo tanto, sin afán de completitud ni juicios de valor, acepto mis limitaciones abandonándome a la selección que determinó el azar.

Ahora, intentaré perfilar el algoritmo que he diseñado para acercarme a las artes de la representación de este país que me ha amparado, desde 1962, cuando tuve que abandonar mi natal Ecuador. 

En general, diré que disfruto la cacería de imágenes que luego codifico en ideas, para lo cual busco divorciar lo conceptual que el tema transparenta, de lo estilístico que la anécdota aristotélica o su ausencia postmoderna exhiben en calidad de referencias y cifras (las primeras, establecidas en la Poética del genial estagirita, y las otras proporcionadas por la ejecución de cada partitura) y una vez, señaladas, trazo las correspondencias (o lo presumo) entre la sustancia eje y las soluciones formales que la manifiestan. (Por supuesto, aprecio la unidad dialéctica ‘estilo-ideología’, aunque la exposición didáctica obligue a desmembrarla). Al margen, voy subrayando (lo que, a mi parecer, fue) el aporte que cada puesta en escena o en pantalla, brindó al lenguaje escénico-fílmico cntroamericano.

Apreciando en alto grado lo clásico, sin embargo, en esta agenda favoreceré el discurso experimental desglosable en ritos libérrimos que encabalguen la toma de conciencia y la deriva existencial. Y, para rimar con esta confidencia, busco que mi idioma, en estas notas, ejecute la liturgia de la precisión y, a la vez,el juego de las evanescencias.

(Lo intenté con mi ‘Función para butacas’, dirigida por Stoyan Vladich en el Festival de Manizales de 1973.)

Declaro, además, que prefiero los textos imbricados de rapto y cátedra. 

Sobre estos antecedentes me apoyo para señalar que la experimentación implica una rebelión contra las preceptivas, pero no su ignorancia. 

Avanzando, apunto que la esencia de este proceso, sea dramatúrgico, sea cinematúrgico, busca conjugar lo verbal con la afasia, y el desplazamiento con la parálisis, y la anomia con la lucidez, bordando todos y cada uno de los elementos de sus tres registros: el artístico, el de producción, y el técnico. 

Provocar sinestesia o transmutación de los efectos de los sentidos corporales y, por su intermedio, develizar las precipitaciones anímicas ocasionadas por la descomposición y relectura de la obra, y asimismo modular sus repercusiones en el público o en el individuo aislado, puede y debe ser el primer mandamiento de oro de estas faenas de laboratorio. (No quiero desprenderme de Artaud). Luego, al evaporarse los efectos de la sinestesia, resplandecerá la reflexión. (No puedo desprenderme de Brecht). Así, las demás reglas tendrán que emerger y descubrirse dentro del fluir autogenerativo del respectivo texto de vanguardia.

Entonces, ¿en qué quedamos: suprimimos las reglas o las mantenemos? podrán preguntar nuestros adversarios interesados en pregonar las contradicciones de esta exposición.

Contesto. Para romper las reglas hay que conocerlas, aunque tal ruptura produzca nuevas reglas. De esta manera, es infinito el proceso.

Despedirse de la Poética helénica sin dejar de estudiarla, (estimable lector o lectora), es el desafío que la estética coetánea está asumiendo frente a la antigua, ambas perfumadas con la promesa de una lid crítica y creativa capaz de entretejer lo erótico, lo místico y lo político. 

Pero, las novedades cobran sentido no por sus alardes o sus saltos mortales en el vacío, sino en cuanto nos sostienen nuestras raíces precolombinas en clave patética ('Ollantay'), en clave de ligereza ('El Güegüense'), en clave catártica (el 'Rabinal Achí'), abriéndonos el apetito por la riquísima cultura de las comunidades originarias de Latinoamérrica de la cual, esos tres nombres son inspiración y emblema.

Sergio Román Armendáriz 
www.sergioroman.com / Bitácora 152 / S.J., Semana Santa, 2011

* La versión periodística de esta bitácora ('Algo parecido a un prólogo') apareció en 'Forja', Revista mensual del semanario 'Universidad', Costa Rica, febrero 2012.Pág.3.

Notas

Véase las siguientes Bitácoras que constituyen el índice provisional: 

6 (Abya Yala)

7 (Emergencias)

8 (León Felipe)

9 (Balanza rota)

29 (Juicio final)

45 (Forasteros)

51 (Paparulo)

52 (Negra)

66 (Hamelin)

67 (Cielo rojo)

101 (Locos de Valencia)

120 (Adentro/Afuera)

147 (Agua fría de mar)

132 (2da. oportunidad)

133 (6 personajes...)

139 (Vacío)

151 (Barbazul)

152 (Casi prólogo)

Véase, la bitácora 53, 'El tema, paso inicial del guión'.

* ADVERTENCIA

*1.- Este título sólo nos remite a ciertas imágenes captadas por el autor entre 1992 y 2011, pues antes del lapso señalado ya hubo experimentación escénica en Costa Rica. Y aún dentro de tal lapso, este cronista jamás pudo visitar el total de los trabajos presentados.

*2.- Las ideas aquí expuestas (si hubiere alguna) son también aplicables al cine experimental costarricense que, al independizarse de las anagnórisis y de las peripecias de un determinado carácter en pugna contra su antagonista, está afinando su propio lenguaje, pero tal material reposa en otra libreta. 

*3.- Estos apuntes corresponden a un solo marbete: 'Agenda de un ocioso en Costa Rica', el cual contiene apuntes a vuelapluma acerca de teatro, cine y pedagogía, procesos de los que el autor ha sido testigo más que oficiante, desde 1962. Se trata, pues, de vivencias que no pretenden constituir una ponencia. SR

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