'La última nota' de David Ledesma Vázquez

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Cuando nuestra “Mercurial periodística” (1) se difundió en “Letralia núm. 201” (2) quedaron tres anexos pendientes, el primero de los cuales hoy se incorpora a la red de redes en forma de bitácora. 

Curridabat, CR, 27 de mayo, 2009

1er. Anexo:
“La última nota” (3) de David Ledesma Vázquez
(DLV / Guayaquil, Ecuador, 1934 – 1961)

Prueba documental de su memoria política

Epígrafe

“Un día antes de su muerte (David Ledesma) renunció a su cargo en la CRE y dejó la siguiente nota para su colega Germán Cobos:

“Germán: Por favor, cuida que todo marche bien y perdóname por este reemplazo tan largo. Mira que a Meche no le falte nada. Gracias. Y otra vez, perdóname por echarte encima todas las novelas. (…) / PD: Por favor, que siga sonando Aquí…Cuba, hasta que reviente!!!!” 

En: Ledesma Vázquez, David. Obra Poética Completa. Casa de la Cultura, Quito, 2007, pág.28. 267 págs.

Antecedente

Aunque por ciertos matices que señalaremos de inmediato, talvez parezca que estamos en desacuerdo con la institución o con el editor de la obra completa de DLV, enfatizamos que este libro nos ha proporcionado la incomparable alegría de platicar con el amigo entrañable varias décadas después de su muerte por medio de la lectura de la bella edición que la Casa de la Cultura Ecuatoriana le dedicó el año 2007, y así, escuchándolo de nuevo hemos compartido frías cervezas metafísicas de igual manera que en la época de nuestra juventud. Gracias.

La investigación de su suicidio (30 de marzo de 1961) incorporó dos textos breves al respectivo sumario judicial: uno, en prosa, encontrado en su oficina en calidad de mensaje cotidiano, y otro, en verso, encontrado en su camisa en el domicilio familiar, ambos sin denominación, por lo cual, con rapidez, amistades y periodistas coincidimos en el bautizo del segundo: “El poema final” (Ob.Cit., págs.204-206) una sostenida respiración compuesta por 73 acordes líricos. Pero el primero, sólo ha sido identificado por “nota” (Ob. Cit., pág.28) sustantivo que ofrece un juego dual entre apunte rápido y signo que identifica un sonido, sintagma al que hemos añadido, hoy, un adjetivo capaz de armonizar el conjunto. Por eso proponemos hablar de “La última nota”, tramo integrado por 45 palabras de las cuales, 34 forman el cuerpo y 11 la posdata.

“El poema final” y “La última nota” son dos expresiones postreras de un idéntico testimonio. Pero, ¿cuál fue anterior?

Lo latente y lo manifiesto

Cuando David escondió su poética dentro de la composición “Teoría de la llama”, de manera secreta nos invitó a bautizar su política con el apelativo de la antípoda, “Praxis de la llama”.

Asimismo, la posdata de “La última nota”, de manera expresa subraya su preocupación vertebral por “Aquí… ¡Cuba!”, su programa radiofónico (1960-1961) que fue el arma de su militancia transformada hoy en ejemplo.

Su inteligencia y su jovial carácter sardónico nos aproximan a sostener que conscientemente eliminó el azar.

Política y poética de vanguardia, doble luz de su entusiasmo. Dialéctica de ideología y estilo que se resuelve en la unicidad de su compromiso personal, existencial y social, característica del Club 7 (1951-1962) que cofundó con Ileana, Carlos, Gastón y Sergio.

Así lo revela “La última nota” antes transcrita que dejó en la empresa donde trabajaba, la CRE, allá por el rumbo del Malecón de entonces, a la altura de las calles Illingworth o Elizalde, en ese Guayaquil inexplicable de apenas medio millón de almas sembradas en la mitad del siglo veinte y en la mitad del mundo, entre el Guasmo y la Atarazana y entre la ría y los esteros salados.

La suposición y la prueba

La Casa de la Cultura Ecuatoriana editó en la ciudad de Quito, 2007, la Obra poética completa de David Ledesma Vázquez, el quinto volumen de Memoria de Vida, selecta serie lírica, (4).

Una sección de este libro, “Cronología biográfica” (págs.25-29) registra 37 referencias puntuales sobre la vida y labor del escritor revolucionario que convierten en inútiles algunos comentarios, sobre todo los equívocos que, incluso, entre ellos se contradicen, por ejemplo, cuando se afirma que luego del viaje a Cuba (diciembre de 1960 – enero de 1961), retornó decepcionado (“con creciente desinterés”), pero, acto seguido, se matiza (“continúa con su programa radial”):

“A pesar de todo, continúa con su programa radial en defensa de la Revolución, aunque con creciente desinterés.”

(sic, Ob. Cit., pág.28)

Resumiendo, el autor cumple nuestro lema urjista (5): ¡Lucha heroica por una patria nueva!, pero… “con creciente desinterés”.

- ¿En qué se sustenta esta suposición?

- Se sustenta en nada, sobre todo si la contrastamos con la posdata de “La última nota”, sobre cuya claridad volvemos a llamar la atención:

“(…) PD: Por favor, que siga sonando Aquí…Cuba, hasta que reviente!!!!”

(sic, Ob. Cit., pág.28)

Reiteramos. Para efectos de su identificación con “El poema final” (págs.204-206) estamos hablando de “La última nota”, 45 palabras (oriundas, 34 del cuerpo y 11 de la posdata) redactadas “un día antes de su muerte”. (Ob. Cit., pág.28)

De esas 45 palabras, once enfatizan el programa radiofónico semanal de cobertura patria, que él produjo durante el lapso 1960-1961, para decir la verdad sobre la Revolución, “sin temor ni miseria”.

Nos aproximamos a sostener que tal mensaje contiene las líneas póstumas que redactó nuestro compañero.

Se trata de un axioma que (según el diccionario virtual Encarta, versión Microsoft 2009) remite a “una proposición tan clara y evidente que se admite sin necesidad de demostración” de tal modo que cualquier interpretación sobra pues “La última nota” constituye un hecho verificado y un documento verificable. Ídem, “El poema final”.

En la Escuela de Derecho (1952-1958), aprendimos que “A confesión de parte, relevo de prueba”. Y los hechos mencionados hablan, transparentan una ideología, documentan una situación, encarnan una voluntad de vida, pasión y muerte.

En este caso, hablar de “un creciente desinterés” es una suposición, no una prueba.

Además, es una suposición curiosa. ¿Cómo iba a estar infectado de “creciente desinterés” por la revolución alguien que pide, “Por favor, que siga sonando “Aquí… ¡Cuba!” …”, ya que, el seguir sonando constituye un giro coloquial del idioma que implica continuar la tarea que se venía cumpliendo…

¿Para qué?

Ensayemos una respuesta factible y plausible:

Desde la perspectiva del activista, el programa radiofónico debe seguir sonando … para continuar defendiendo la Revolución porque, incluso, con sus postreras palabras balanceándose en el borde de su extinción física, David sobrevive a la inercia y al olvido levantándose contra el Goliat imperial y contra sus lacayos, secuaces y verdugos.

Sin temor ni miseria

El Diccionario Biográfico del Ecuador presenta en la instancia dedicada a David, el siguiente apartado:

“El 7 de agosto (de 1960) estableció con Sergio Román el programa radial –Aquí Cuba-, vocero oficial de la “Sociedad Amigos de Cuba” para decir la verdad histórica de la Revolución sin temor ni miseria. Los libretos eran de Román, colaboraban Germán Cobos y Otón Macías. (La producción, locución y difusión nacional fueron las principales tareas de DLV). Entonces escribió versos políticos de gallarda belleza que le conferían un aliento auténticamente americano, a lo Walt Whitman…” (por ejemplo, “Castro en Manhattan”). (6)

“Decir la verdad histórica (…) sin temor ni miseria” fue su dicción y fue su acción hasta el fin. Ídem, celebrar la presencia y el discurso de Fidel en las Naciones Unidas (1960). De allí emerge su “Castro en Manhattan”, cóndor que concluye exigiéndole a América Latina que se levante tras él, para reclamar su libertad arrebatada.

Quizá por un error material, a la versión publicada le faltan algunas palabras, de manera que esa omisión desinfla su significado, al reducir las dos líneas finales, a una sola ambigüedad:

“¡América Latina la libertad que es tuya!”

(Ob.Cit. Págs.201-202)

De acuerdo con la lógica poética y con la versión tomada del mencionado Diccionario biográfico del Ecuador y con mi memoria, se debe leer:

“¡América Latina: reclama de pie la libertad que es tuya!”

www.diccionariobiograficoecuador.com (DLV recordado por el periodista José Guerra Castillo).

El discurrir didáctico del presente 1er. Anexo nos invita en este momento, a complementar el párrafo inicial:

“Aunque para ojos inexpertos o distraídos parezca que hoy estamos impugnando a la institución o al editor o a las personas que concretaron el libro de David Ledesma Vázquez, enfatizamos que, a pesar de los matices e inconvenientes señalados, sentimos la alegría metafórica de visitar al amigo entrañable y platicar con él compartiendo frías cervezas metafísicas, esta vez escuchándolo en la lectura y en las infinitas relecturas de la total y bella edición que le dedica la Casa de la Cultura Ecuatoriana dentro de una serie severa, en compañía, hoy, de Miguel Ángel Zambrano, Francisco Tobar García, Eugenio Moreno Heredia y Hugo Mayo.”

Faltan Medardo Ángel Silva, Ernesto Noboa y Caamaño, César Dávila Andrade, César Andrade y Cordero e Ileana Espinel Cedeño. Faltan pero llegarán. Pronto. Es de justicia.

Además, al margen, creemos haber aportado algunos datos que acaso contribuyan a afinar la percepción de prójimos y léjimos, acerca de nuestro Club 7, el cual funcionó en los alrededores del parque Centenario, a veces en el Núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura, y, otras en el domicilio de Ileana, hermana nuestra en la “poesía, esencia del todo”, como firmaban Conie y Jean en cada número de su inolvidable “Lírica Hispana” desde Caracas, en singular, cuando el número 183 de mayo de 1958, año XVI, difundió, con un “Preludio” de Hugo Emilio Pedemonte, el davídico “Gris” que obtuvo la 2da. Mención en el Concurso Hispanoamericano que convocó esa revista.

Colofón

Porque asumimos la pluralidad, esperamos que se acepten por lo menos y quizá sólo a manera de elementos referenciales, nuestras tesis adversarias expuestas siempre con serenidad.

Por eso, sin pretender ser irrespetuosos con quienes estudian y proyectan el legado de David con un enfoque diferente, aportamos este 1er. Anexo con el propósito de estimular la reflexión y el diálogo alrededor de la memoria política de David Ledesma Vázquez, a partir del examen de “La última nota” de apariencia doméstica que, sin embargo, al igual que “El poema final”, pulsa y compulsa los acordes del adiós supremo.

Casi cinco décadas después del suicidio, algunos miles de kilómetros al norte, en perspectiva, desde Curridabat de Costa Rica, envejecidos percibimos que el poema y la nota, textos mínimos, se han liberado del expediente judicial para convertirse en documento y testimonio de este David juglar a quien la diosa huancavilca del amor y la guerra llamó demasiado pronto quizá para que su genio permanezca junto a ella, valiente y bello. Siempre.

Notas

Referencias

(1) Mercurial periodística, un caso de ética y defensa del derecho de respuesta y un intento de preservar la memoria política del poeta David Ledesma Vásquez (1934-1961)

En: www.sergioroman.co.cr / PERIODISMO, punto 6: Mercurial periodística

Y, en:

(2) Letralia núm. 201 (15 de diciembre, 2008)
LETRALIA, Tierra de Letras / La revista de los escritores hispanoamericanos en Internet
www.letralia.com / info@letralia.com 
Jorge Gómez Jiménez, editor

(3) “La última nota” y su “Posdata”

David dirigió a su colega Germán Cobos, las siguientes palabras:

“Germán: Por favor, cuida que todo marche bien y perdóname por este reemplazo tan largo. Mira que a Meche no le falte nada. Gracias. Y otra vez, perdóname por echarte encima todas las novelas. Thank you, Ledesma / PD: Por favor, que siga sonando Aquí…Cuba, hasta que reviente!!!!” (sic, pág.28)

El suicidio llamó “final” al poema (sin título, por supuesto)”encontrado en el bolsillo de la camisa del poeta cuando se hizo el levantamiento de su cadáver y sirvió como prueba dentro del sumario indagatorio correspondiente” (El poema final, Ob. Cit., págs.204-205).

De manera parecida, nosotros queremos llamar “La última nota” al mensaje (por supuesto, sin título) dirigido a Germán Cobos, su colega de faena radiofónica.

Metonimia es “La corbata amarilla”, heterónimo de “La breve risa del ahorcado”, pues su situación patética traslada –el efecto: muerte por violencia y mano propia-, al objeto ejecutor, la corbata. (Ob.Cit., Poemario: págs.177-232, poema epónimo: pág.192) escondida en treinta y cuatro vocablos más tres de despedida y once de posdata que integran “La última nota” segunda parte, esta vez en prosa, de su adiós a la vida, pues la primera, corresponde a “El poema final”, cuyos versos quizá fueron conocidos días antes del suceso (sea porque en el ápice de su angustia quiso compartirlos con alguien de su entorno inmediato, o porque esa persona tuvo acceso al texto por un descuido), todo lo cual permite apreciar que hubo -en nuestro David- una decisión asumida desde tiempo atrás, plena de connotaciones, pues incluye el día (jueves santo, “a lo Vallejo”) y el lugar (la casa a su cargo mientras mamá y papá visitaban la playa) y la circunstancia (conjunción de sus dos soledades, la interna de siempre y la externa de ese instante) y su actuación perfecta, la mejor de su vida (nadie se dio cuenta que su verso más que un murmullo retórico era un verdadero grito anunciador y dinamizador del salto al vacío).

Por lo tanto, este recado en prosa presumiblemente contenga las palabras postreras del revolucionario y del poeta.

A la vez, tan brevísimo texto resume y confirma la devoción de David Ledesma Vázquez por personas de su ámbito sentimental (Meche) y de su ámbito laboral (Germán) y de su ámbito profesional (novelas transmitidas por la radio) y, coronando el mensaje, subrayándolo, su compromiso con la política revolucionaria (“Aquí. . . ¡Cuba!”).

Sin olvidar por supuesto a su amada poesía, DLV ha venido confesando su compromiso con ella desde noviembre de 1956 hasta marzo de 1961:

“He muerto en mí para resucitarme.
Un nuevo ser me viste.
( . . . )
Me transfiguro
en una entera llama de poesía. . .”

(DLV, Teoría de la Llama, noviembre de 1956. Ob.Cit. pág.175)

“Tú me has dado tan sólo tu presencia,
(. . .)
Yo te regalo un muerto.
(. . .)
¿Lloran? No sé. 
Yo no he querido el llanto.
Adoro las inmensas bocas frescas
Que se abren al impulso de la risa. 
(. . .) Pero de pronto es necesario irse.
(. . .)
hacer paréntesis,
borrarse del paisaje, (. . .)”

(DLV, El poema final, marzo de 1961.
Ob.Cit. págs.204-206)

(4) Ledesma Vázquez, David. Obra Poética Completa, Colección Memoria de Vida. Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 2007. (207 páginas compiladas, editadas y prologadas por el Dr. César Vásconez Romero).

(5) Urjista, perteneciente a URJE (Unión Revolucionaria de la Juventud Ecuatoriana, 1959-1963), movimiento insurgente nacional que fue, primero, un frente establecido durante la campaña electoral de 1959-1960 “Parra-Carrión/Revolución” y después un movimiento autónomo.

En la instancia dedicada a Carlos Alvarado Loor, Coquín, en el www.diccionariobiograficoecuador.com, leemos:

“En esos dias Rafael Galarza Arízaga fundó la Unión Revolucionaria de Juventudes Ecuatorianas URJE con jóvenes idealistas y revolucionarios. Otro grupo, formado por los llamados "niños bien", que paraban en la esquina de 9 de Octubre y Boyacá, -Boca Nueve- se prestó al juego anticomunista de la CÍA. en el Ecuador y empezó a hostilizar a los Urjistas de la esquina de Boyacá y Diez de Agosto, por eso llamada la esquina Roja. Los mítines se sucedían casi diariamente alarmando a la ciudad. Los Urjistas sacaban el periodiquillo "El Diablo", ponían propaganda mural y la noche del 31 de Diciembre fueron asaltados, perdiendo un muñeco año viejo que habían confeccionado. Hubo bala y hasta varios heridos de consideración. Sergio Román Armendáriz uno de ellos. Boca Nueve era poderosa porque contaba con el auspicio económico de Rodriguito Icaza Candel, hijo del Gerente del banco La Previsora”.
David Ledesma Vázquez, recordado por el periodista José Guerra Castillo, en el: www.diccionariobiograficoecuador.com

(Tesauro virtual creado por el Dr. Rodolfo Pérez Pimentel, e integrado por mil seiscientas historias de vida, obra y muerte).

www.sergioroman.com
Curridabat, Costa Rica, 7 de mayo, 2009

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