IDIOMA Y DRAMATURGIA (en teatro y cine) UNA PREGUNTA Y OTRA RESPUESTA

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IDIOMA Y DRAMATURGIA (en teatro y cine), UNA PREGUNTA Y OTRA RESPUESTA

Idioma y dramaturgia, nueva bitácora de Sergio Román Armendáriz, acerca de la urgencia de estudiar y aplicar los mecanismos creativos y críticos del idioma que aún llamamos "español" (En verdad, debemos llamarlo "Indo-castellano")
 
Este texto y otros similares forman parte del libro que el autor está publicando, a fragmentos en forma de bitácoras, en este www.sergioroman.com al amparo del siguiente título general:
Carta (sin respuesta) al señor Ministro de Educación Pública de Costa Rica, y otras majaderías

I.- IDIOMA Y DRAMATURGIA (en teatro y cine), UNA PREGUNTA

I.1.- Me dirijo a quienes aspiran a escribir teatro y no se preocupan por aguzar y afinar el idioma, no por purismos trasnochados sino porque nuestros jóvenes colegas se autolimitan al dejar de considerar que toda lengua materna es un arsenal metafórico e ideológico de opciones expresivas (desde una flechita a una bomba atómica y desde la sumisión a la libertad), lo cual la convierte asimismo en un laboratorio útil para construir y deconstruir creativamente y críticamente situaciones y personajes. 

I.1.1.- Llevo cuarenta años escuchando maravillas del inglés y silencios acerca del español. Esquizofrenia mágica.

I.2.- ¿Cómo diablos un aspirante a autor que sólo utiliza el registro coloquial (vistoso e indispensable en ciertos momentos) con una mente atiborrada sólo de dicharachos del barrio o del bar (maes, tuanis y pichazos -en Costa Rica, hoy, 2010-), pueda ser expresivo cuando se enfrenta a los filtros de la selección, la continuidad y la progresión dramáticas de personajes complejos y situaciones delicadas.

I.2.1.- Repito, no es cuestión de purismos. Esta es una cuestión de la poética y de la  política y, por supuesto,  es una cuestión neuronal porque el léxico y las estructuras idiomáticas son las que nos permiten sobrenadar el álgebra del conocimiento exterior e íntimo. Tiene que ver incluso con la evolución no sólo de las artes, sino de la especie. "The End".

I.3.- He escrito a Iberescena de Madrid y al Ministro de Educación de Costa Rica, pero dan el silencio por respuesta.

I.3.1.- Ojalá el presente aperitivo sea de interés para introducir este capítulo en los cursos correspondientes dedicados a la formación de nuestros aspirantes a autoras y autores. Les quiere, SR 

II.- IDIOMA Y DRAMATURGIA (en teatro y cine), OTRA RESPUESTA

<A mi corresponsal en España. Gracias a ti, (...). Guarda tu respuesta porque allí veo que tienes, en resumen, otra tesis, en cuanto la indispensable relación del Idioma con el Teatro. Cuando vengas a CR platicaremos alrededor de una tacita de café.>

II.1.- Mis ideas son simples.

II.1.1.- Todo idioma tiene tres registros, y cada registro varias subdivisiones: el coloquial (llegué soplado), el universal (llegué rápidamente), el especializado (llegué es un pretérito del verbo llegar).

II.2.- YO NO QUIERO AUTORES PURISTAS, SINO EFICIENTES. Y LA EFICIENCIA COMPROMETE MÚLTIPLES FACTORES, UNO DE ELLOS, EL IDIOMA. 

II.2.1.- Todo idioma, en el teatro y en el cine, debe corresponder a la situación y al carácter. Pero, si un estudiante sólo conoce de "pichazos, maes y tuanis", es imposible que pueda crear o representar a un personaje que demande otro grado de complejidad. ¿Por qué? Porque sólo conoce el registro coloquial e ignora las opciones de los otros dos registros.(Pero, asimismo, el registro coloquial es útil y genera verosimilitud si corresponde a la situación dramática y al carácter de los personajes. Por ejemplo, cito el largometraje ficción de un joven cineasta costarricense de apellido Gómez: "Cielo Rojo". O "Agárrense de las manos", el unipersonal entre festivo y doliente del actor, también costarricense, Arnoldo Ramos). Ambos trabajos merecen mi aplauso.

En resumen, los tres registros no son, ni buenos ni malos en sí: Puedo decir: Llegué rápidamente (registro universal). Puedo decir: Llegué soplado (registro coloquial). Y puedo decir: Llegué es un pretérito del verbo llegar (registro especializado). En teatro y en cine valoramos el uso de cada registro en cuanto corresponda o deje de corresponder a la situación y al carácter, pues entonces, se genera la presencia (o la ausencia) de la verosimilitud, sustancia fundamental para apreciar, o no, un trabajo en la pantalla o en el escenario.

A los personajes de "Cielo rojo" no les voy a pedir que hablen como señoritos. Ni al personaje de "Agárrense de las manos" le voy a pedir que deje de hablar como pachuco.(Tal petición sería un crimen contra la verosimilitud). Ellos hablan de acuerdo con su carácter y de acuerdo con la situación que atraviesan. Por eso los aplaudo. 

II.2.2.- Con estos antecedentes debo subrayar (1) que no  rechazo el lenguaje coloquial que le presta sal y pimienta a la vida, pero (2) si la gente de teatro no conoce los otros dos registros, ella misma se autolimitará en su expresión artística.

II.2.3.- Tampoco estoy contra el inglés. Admiro el bilingüismo, pero no el bimudismo.

II.2.4.- Y de la "madre" España mejor no hablemos. Allá  no saben si son europeos, o africanos, o tienen algo todavía que ver con nosotros.

II.2.4.1.- En verdad, una matriz nuestra es el castellano (la otra, las grandes lenguas indígenas)y eso no lo soportan ni los catalanes, ni los vascos, ni los gallegos que pugnan no por su autonomía, sino por su soberanía e independencia total. 

II.2.5.- Y, ¿qué queda de Castilla? ¡Casi nada! De la gloriosa Castilla en alerta constante contra el moro, la Castilla del Cid y del Romancero, sólo queda hoy la patética duquesa de Alba que la Televisión Española difunde con pasión también patética llamando al pequeño, peque, a la película, peli, a lo delicado, deli.

II.2.5.1.- Allí tienes un pésimo y traidor empleo de lo coloquial. Es posible que en en el seno de la familia o en el barrio, allá, se hable de peque, deli, peli, pero en un canal internacional es un contrasentido. Y una vergüenza.

II.2.6.- En términos menores, aunque yo sea amigo del rector, no le voy a decir: Llegué soplado. Le diré: Llegué rápidamente porque eso es lo que le da verosimilitud a una situación y a un personaje. Preocuparnos de conocer el arsenal expresivo del idioma, no es purismo. Es velar las armas para el combate creativo. 

II.3.- Por lo tanto, lo primero es conocer los infinitos recursos expresivos de la lengua materna (o sea, su arsenal), y luego saber emplearlos con la prudencia y la dosificación del caso.

II.3.1.- Los estudiantes de teatro (y del área audiovisual, también), por lo menos, deben saber distinguir esos tres registros, lo cual también les ayudará en la interpretación, pues cada registro verbal trae su correlato corporal. Un abrazo, SR

Notas

Post Scriptum

* Gracias por difundir www.sergioroman.com entre los poquísimos españoles que aún creen en el castellano.

** Ni Zapatero ni Rajoy ni Convergencia saben quiénes son. ¿Europeos, africanos, indoamericanos, a mitad de camino entre el favor y la oposición a la Casa Blanca? ¿Noble (de dónde) la "princesa" Letizia (así, con la zeta dizque italiana)? 

*** Lo mejor será que, en el transcurso del actual bicentenario, logremos independizarnos de nuevo, esta vez, de la Real Academia, y otorgarle mayoría de edad a nuestro Indocastellano (con ch, ñ, tildes y demás singularidades que las empresas fabricantes de artilugios electrónicos les conviene suprimir por soberbia y avaricia). Y, ¿nuestras academias criollas? ¡Muy bien, gracias! 

**** ¿El primer paso? Forjar nuestra Asociación de Usuarias y Usuarios del (aún) idioma Español. Saludos, SR

23 de abril, 2010

Día de Cervantes y de nuestra lengua maltratada

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